Su obra es libre, su conducta no

Muchos literatos han retratado lo inmoral en sus libros, pero de ficción – En el caso de Dragó, como en el de Polanski, asoma el doble rasero

JAVIER LAFUENTE – elpais.com 04/11/2010

«No eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda». (…) «Tendrían unos 13 años» (…). «Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse». Son algunas de las frases del capítulo más polémico del último libro de Fernando Sánchez Dragó, Dios los cría…y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción…, una extensa conversación con el dramaturgo Albert Boadella. Si bien el autor ha matizado esas palabras, su comentario ha herido la sensibilidad de muchas personas. El daño ya está hecho. El amparo de que todo vale bajo el paraguas de la literatura no parece suficiente. ¿O sí?

Al poco de iniciarse la polémica, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, salió en defensa del autor, empleado suyo en Telemadrid desde 2004, ya que, a su juicio, «la historia de la literatura está plagada de actos absolutamente reprobables». Fue muy hábil al citar tres nombres nada sospechosos de pertenecer a su cuerda ideológica: Gabriel García Márquez, Henry Miller y Jaime Gil de Biedma.

Aunque en el caso de los dos primeros -Gabo fue criticado por Memoria de mis putas tristes; Miller, por Trópico de cáncerTrópico de capricornio-, se trata de una novela, y por tanto de ficción, es cierto que Gil de Biedma detalló encuentros con menores en sus memorias, un género, el de la autobiografía, al que más se puede parecer, salvando las distancias, el libro de conversaciones entre Sánchez Dragó y Boadella.

«En cierto modo, sí son comparables», afirma la sociolingüista y miembro de la Comisión de Lengua del Instituto de la Mujer, Mercedes Bengoechea. «Pero el autor de una novela deja menos marcas personales y la posición que adopta puede ser más compleja, mientras que una autobiografía no deja lugar a dudas respecto a quién habla y desde qué perspectiva lo hace. Además, una novela suele dar voz a otros personajes, por lo que se crea un mosaico de perspectivas y visiones del mundo».

Al paso de las declaraciones de la presidenta madrileña y de Sánchez Dragó salieron también las ministras de Sanidad y Cultura, Leire Pajín y Ángeles González-Sinde. Esta última advirtió al escritor de que «el oficio de literato no es un eximente para quienes, con sus palabras, por muy hábilmente ordenadas que estén, ofenden, desprecian, se saltan las reglas de convivencia y pisotean, peligrosamente, valores como la igualdad o la discriminación».

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